jueves, 27 de mayo de 2010

8. Algunos ejemplos de técnicas específicas para el tratamiento de imágenes de belleza (Parte 1).

(c) Miguel Angel Muñoz Pellicer / http://www.photomamp.com/

Tras realizar un recorrido por las herramientas de uso más habitual, vamos a ver cómo se aplican para algunas tareas especializadas habituales en fotografía con modelos.

8.1- Perfeccionar pieles y cutis con aspecto natural.

Limpieza de imperfecciones:

Para que la limpieza de la piel, cutis, etc. sea efectiva, resulta de vital importancia mantener un aspecto natural. La textura que produce la estructura porosa de la piel, podrá atenuarse ligeramente, pero perderá su aspecto natural si desaparece o se difumina en exceso.

Un primer recorrido visualizando la imagen al 100% (menú: Vista / píxels reales), utilizando las herramientas "tampón de clonar" y el "pincel corrector", nos ayudarán a eliminar las imperfecciones, manteniendo una textura natural.

A continuación podemos ver dos ilustraciones con un detalle al 100% de una imagen, antes y después de la corrección con las herramientas mencionadas.
 


 

Suavizado “extra” de la piel:

Trabajando exclusivamente con Photoshop, podemos emplear diversos métodos para atenuar la textura de la piel, dándole un aspecto más juvenil, hidratado y homogéneo. Estos métodos poseen un control muy preciso del nivel de suavidad. Así podremos elegir exactamente, la intensidad de nuestro efecto, según nuestras pretensiones (desde prácticamente naturales, hasta evidentemente artificiales).

Uno de los más métodos más efectivos y flexibles para suavizar el cutis (y la piel en general) es la "separacion de frecuencias" para trabajar por separado color y textura (más adelante dedicaré un espacio a esa técnica en este blog). Su alternativa rápida (no tan flexible, pero útil en muchos casos), es el uso del "filtro de paso alto". El proceso de trabajo es muy sencillo y se realiza paso a paso del modo siguiente:

1- Partimos de la imagen previamente tratada con el "Tampón de clonar" y el "Pincel corrector".


2- Duplicamos la imagen en una nueva capa y en el "modo de fusión" seleccionamos "superponer".



3- Con la nueva capa duplicada activa, seleccionamos el menú: "Filtro / Otro / Paso alto".



4- Aplicamos el valor del "Filtro de Paso alto". Un valor entre 10 y 20 puede ser un buen punto de partida para imágenes de alta resolución (entre 4000 y 6000 píxels por el lado más largo). Cuanto mayor sea el valor elegido, mayor será el efecto. No debe preocuparnos, por el momento, si obtenemos un efecto mínimamente excesivo. La intensidad final de este filtro podremos ajustarla con precisión y a voluntad mediante la opacidad que asignemos finalmente a la capa (durante el proceso, es recomendable que la opacidad de la capa se mantenga 100%).



5- Tras confirmar el valor del filtro de paso alto, invertimos la imagen. Para ello utilizaremos el menú: "Imagen / Ajustes / Invertir".



6- El resultado tras invertir la capa con el filtro de paso alto aplicado, es el siguiente:



Ya tenemos una versión suavizada aplicada a toda la imagen. Lo que nos resta hora es restringir esa suavidad exclusivamente a las áreas que nos interesen (piel del rostro, o resto del cuerpo). Para ello utilizaremos una "máscara de capa" ...

7- Añadiremos una "máscara de capa", a la capa en la que aplicamos el "filtro de paso alto". Para ello, pulsaremos el icono resaltado con un círculo en la siguiente ilustración.



8- Edición de la "máscara de capa".

Una de las virtudes de las máscaras de capa es su capacidad para mostrar y ocultar partes de la imagen de una forma sencilla y no destructiva. Podemos intervenir localmente, mediante la herramienta "pincel", para decidir qué partes de la capa en la que actuamos se mantiene visibles y qué partes no.

Para ello, utilizaremos la herramienta "pincel" y la escala de grises en el "selector de color" (cuando trabajamos sobre una máscara de capa, el selector sólo muestra niveles de densidad -escala de grises- y no variedades tonales de color).

Si “pintamos” sobre la máscara de capa con negro, ocultamos la zona pintada de esa capa. Si pintamos con blanco la mantenemos visible o recuperamos un zona previamente ocultada (por defecto, toda la capa es visible al aplicar la máscara de capa, de modo que sólo el pincel con un tono distinto del blanco puede producir algún efecto).

Por último, si pintamos con un nivel de densidad intermedio (gris), reduciremos la opacidad de la zona pintada, de forma directamente proporcional a la densidad de gris (cuanto más oscuro, menor opacidad). Puede parecer similar al uso de la herramienta “Borrador”...
... pero hay una sutil diferencia... 
La diferencia estriba en que realmente no estamos borrando, sino enmascarando. Así, todo aparente borrado puede recuperarse total o parcialmente puesto que la información completa sigue en la capa (a diferencia del borrado, que sólo podrá deshacerse si sigue activo en la "Historia" de Photoshop).

Volviendo a nuestra imagen, para ocultar las zonas que no correspondan a la piel, pintaremos sobre los contornos con un pincel de tamaño adecuado y un tono gris intermedio (de forma que la transición sea más sutil). Una vez marcados los contornos entre las zonas de piel y el resto, podemos seguir pintando con un pincel amplio y tono negro (de forma que ocultamos al 100% la parte suavizada de la imagen que no corresponde con los tonos de piel), o bien seleccionamos esas áreas con la herramienta “Lazo”, añadimos un radio de calado adecuado (menú: "Selección / Perfeccionar borde") y utilizamos la herramienta “Bote de pintura” para rellenar la selección con tono negro.

En los retratos, será de vital importancia mantener detalle en ojos, pestañas (con un suave degradado en los párpados), labios, fosas nasales, piercings, etc. Si restringimos el detalle solamente a las zonas que lo requieren, el aspecto de la piel será mucho más natural. Por el contrariol, si aplicamos el efecto (aunque sea más sutil) a toda la imagen, la impresión es la de una fotografía realizada con "flou" (o cualquier otro efecto similar) y, obviamente, el aspecto "real" se desvanece.

En la ilustración siguiente podemos ver el resultado tras haber ocultado la capa suavizada (pintado con pincel y tono negro) en la zona de los labios.
 

9- Control de la opacidad en la capa tratada.

Tras ocultar todas las zonas en la que no debe mostrarse la capa suavizada, tenemos nuestra “capa para la piel” acabada.

Esta capa sólo mostrará suavizada la zona que corresponda a la piel y deberá mantener gradaciones adecuadas de su efecto en todos los contornos.

Sólo nos resta asignarle la opacidad adecuada para que el efecto parezca natural.

En las siguientes ilustraciones podemos ver cómo el efecto se funde y adquiere aspecto natural al reducir la opacidad de la capa a un 55% (primera ilustración) y la comparación con la imagen original (al ocultar la capa pulsando en el icono en forma de ojo a la izquierda de la capa), en la segunda ilustración.
 


 
Para asegurarnos que el efecto es el deseado y con la intensidad deseada, es aconsejable que comparemos el resultado obtenido mediante el filtro, con la capa inferior sin filtro (pulsando en el icono de visualizar/ocultar capa). Lo importante es que antes de acoplar las capas, estemos seguros de que el efecto no es exagerado (ni demasiado ténue).
 
Tras asegurarnos que el efecto sea el deseado, sólo nos queda a acoplar las capas y guardar las imagen (o seguir trabajando en ella si tenemos más zonas que retocar.
 
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NOTA: como método alternativo y para casos en los que busquemos un efecto más acusado, podremos utilizar el filtro "desenfoque gaussiano", de forma similar a como hemos utilizado el filtro de paso alto (e incluso asociado a él).
 
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NOTA: Existen diversos plug-ins en el mercado que permiten automatizar estas tareas, obteniendo muy buenos resultados. A ellos se ha dedicado parte del capítulo anterior.
Los mejores plug-ins que conozco para estos menesteres, no son freeware. Son de pago. Pero la calidad de su trabajo y acabados, compensa el precio de la licencia (todos ofrecen versiones de prueba en su web).
He analizado tres de ellos, puedes pulsar en sus nombres para acceder a los correspondientes artículos:
No obstante, en esta sección y las siguientes, vamos a ver técnicas que podemos emplear directamente con las herramientas que ofrece Photoshop (en diferentes versiones), sin la necesidad de software accesorio.

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Próximo capítulo:

miércoles, 12 de mayo de 2010

7. Herramientas de correccion parcial o local.

(c) Miguel Angel Muñoz Pellicer / http://www.photomamp.com/
Hasta hace poco, la mayoría de intervenciones parciales en la imagen sólo podían llevarse a cabo sobre el mapa de bits (convertido desde el RAW). Actualmente, los programas de conversión de RAW incorporan cada vez más herramientas de intervención parcial.

En este curso, veremos soluciones universalizables, que no dependan del tipo de archivo RAW ni del software utilizado para la conversión. Por tanto, las optimizaciones del archivo en bruto (RAW) durante su conversión se realizan con Camera Raw y el resto de intervenciones parciales a las que nos referimos, se realizarán con Photoshop CS4 (las explicaciones resultan igualmente útiles para Photoshop CS5).

Algunas de estas intervenciones parciales o locales, pueden ser: eliminación de imperfecciones o elementos no deseados en la escena, modificación parcial de densidades, alteraciones zonal del color, eliminación de manchas en el sensor o en la escena, modificación de la textura, control de brillo, etc.

Por establecer algún tipo de orden, distinguiremos entre un primer grupo de tareas especializadas, entre las que encontramos el uso de las herramientas para clonar, selecciones y sus variantes, el tratamiento de capas y su opacidad, canales, modificaciones geométricas, montajes, etc.

La utilización de las herramientas de intervención parcial se basa en una jerarquía de propiedades que les dan una enorme flexibilidad. No siempre es necesario modificar todas ellas para cada caso concreto, pero conviene conocer la variabilidad que permiten, para facilitar nuestro trabajo. Las herramientas de intervención parcial (al igual que las capas), poseen controles cualitativos y cuantitativos, que alteran, intensifican o reducen el efecto generado.

NOTA: Para incrementar aún más la flexibilidad en el uso de las herramientas a la par que para obtener una mayor seguridad en el proceso, es recomendable realizar tareas en capas nuevas, cuya opacidad pueda regularse a voluntad sobre la imagen original, e incluso eliminar en caso de no obtener la sutilidad y/o el resultado previsto.

Clonar y limpiar la imagen: Los resultados en el uso de estas herramientas (al igual que en la mayoría de las otras que estamos viendo), pueden ser moduladas de forma muy precisa por las densidades y modos de fusión en cada una de ellas (generalmente ubicadas en la barra de herramientas superior, bajo la barra de menús).


  • Clonación directa (tampón de clonar): herramienta clásica de clonar regida por puntero (pinceles, brochas) con diámetro, forma y dureza de contorno modificables.

  • Clonación relativa (pincel corrector puntual y pincel corrector): cálculo promediado entre los colores previos y los nuevos. Al igual que la anterior, regida por puntero (pinceles, brochas) con diámetro, forma y dureza de contorno modificables

  • Parche: clonación de área mediante selección. Dureza o suavidad regulables.
La función esencial de estas herramientas es la eliminación y/o reducción de imperfecciones (manchas del sensor, manchas en la escena real, etc.). Entre otros usos, serán las herramientas que utilizaremos para realizar una primera limpieza en los retratos y especialmente para minimizar las imperfecciones del cutis.
En la siguiente ilustración vemos la ubicación de la barra de herramientas, y la herramienta "tampón de clonar" (en Photoshop CS4):

A continuación vemos la ubicación y alternativas para las herramientas “Pincel corrector” y “Parche”:
Como veremos en la práctica, cada una de las posibilidades anteriores ofrece resultados de precisión variable, dependiendo del área a clonar. Su uso suele ser complementario y no excluyente, combinando ambos en muchos casos.

Merece la pena hacer pruebas en áreas planas, heterogéneas y cercanas a contornos, para apreciar las diferencias de efectividad en cada caso. Como podremos observar, el "pincel corrector" funciona excepcionalmente bien en áreas planas e incluso heterogéneas. No obstante, las áreas cercanas a contornos son las que más se le resisten... en este caso, la herramienta con la que podremos trabajar de forma más precisa y rápida será el clásico "tampón de clonar". Las sucesivas pruebas nos ayudarán a conocer con antelación qué herramienta sera la adecuada en cada caso.

Modos de fusión y modos de herramientas: Los “modos” no son herramientas en sí mismas, sino principios que rigen cómo los colores nuevos (aportados por la herramienta o capa), influyen en los colores previos. Pueden encontrarse, en gran variedad, en el uso de herramientas (“modos de herramienta”) así como en la fusión de capas (“modos de fusión”).

Su diversidad (combinable con la "opacidad de capa"), permite una alta precisión en el trabajo, así como una flexibilidad cromática y tonal difícil de lograr por otras vías.

Los modos que presenta Photoshop CS4 para la fusión de capas son:
Normal, Disolver, Oscurecer, Multiplicar, Subexponer Color, Subexposición lineal, Color más Oscuro, Superponer, Luz Suave, Luz fuerte, Luz intensa, Luz Lineal, Luz Focal, Mezcla Definida, Diferencia, Exclusión, Tono, Saturación, Color, Luminosidad.

Los menús de ayuda ofrecen útiles y escuetas explicaciones sobre las particularidades de cada uno; pero algunas diferencias son tan sutiles y dependen tanto de la relación entre los colores aportados y los previos, que unas pruebas prácticas resultan imprescindibles para apreciar su función y acostumbrarse a las diferencias.

Opacidad: controla la intensidad del efecto seleccionado (tanto en herramientas como en capas). La opacidad puede combinarse con los modos vistos anteriormente permitiendo acceder a una total flexibilidad y sutilidad en la aplicación de efectos y correcciones.

El trabajo con canales: podemos aplicar, correcciones y manipulaciones afectando a todos los canales a la vez (trabajando sobre la imagen fotográfica "tal cual" la vemos), o afectando por separado a cada uno de los canales que componen la imagen. Dependiendo del “modo de imagen” (también conocido como “espacio de trabajo”), estos canales serán:

  • Modo RGB (RVA): canales Rojo (Red), verde (Green) y Azul (Blue).
  • Modo CMYK: canales Cian (Cyan), Magenta, Amarillo (Yellow) y Negro (K).
  • Modo Color Lab: canales Luminosidad (L), eje verde-rojo (componente a) y eje azul - amarillo (componente b).
  • Modo "multicanal": diversos canales con 256 niveles de gris que pueden sustituirse por cualquier color en tinta plana (uno para cada canal).
  • Color Indexado: como su nombre indica, los colores se indexan en una variedad máxima posible de 256 tonos. La imagen puede partir de una paleta standard que reúne un amplio abanico de tonos, puede ser personalizable o automáticamente ajustables según la imagen de origen. Para lograr tonos más allá de los 256 que almacena, emplea combinaciones de tramas con los tonos existentes.
  • Modo Escala de Grises: un solo canal con 256 tonos neutros monocromos, para interpretar una imagen en blanco, 254 intensidades de grises y negro. (obviamente, en este caso no existe ventaja al trabajar por canales). No es la única alternativa para mostrar una imagen de blanco y negro (ni la que mejor calidad obtiene).
  • Modo Mapa de Bits: ofrece dos únicos valores: blanco o negro. Para convertir una imagen en color (o en escala de grises), se decide el tamaño y resolución final de la imagen y puede optarse entre decidir el “umbral” a partir del cual los píxels serán blancos o negros y diversos tipos de tramados para simular la imagen a partir de los dos únicos valores.
  • Modo "Duotono": puede ser "monotono", "duotono", “tritono” o “cuadritono”, dependiendo de que emplee (respectivamente) entre 1 y 4 tintas personalizadas monocromas para reproducir la imagen.


De entre los modos anteriores, el habitual para tratamiento fotográfico, como ya vimos, será el RGB (y el CMYK para impresión por cuatricromía). Como veremos más adelante, podremos utilizar conversiones entre diversos modos para modificar los archivos durante el proceso de retoque... pero el modo de guardado final para la imagen volverá a ser RGB.

A modo de ejemplo, la siguiente ilustración muestra el resultado de observar exclusivamente el canal rojo en una imagen a color en RGB (en Photoshop CS4). Entre otros usos, la variedad de modos de imagen y el trabajo por canales, nos ofrecen flexibilidad para la conversión de imágenes a blanco y negro (la ilustración siguiente es una muestra), modificación de colores concretos sin afectar a la luminosidad de la imagen, modificación de las luminosidades sin afectar al resto de valores de la imagen, etc.
 
 
NOTA: Los canales suponen información para almacenar; por tanto, una imagen en escala de grises, ocupará 1/3 de lo que ocuparía otra en color, del mismo tamaño, en modo RGB.

En un segundo grupo de herramientas, se engloban una gran cantidad de utilidades integradas en los programas de tratamiento gráfico y conocidas bajo el nombre genérico de filtros y plug-ins. El denominador común de todas ellas es su mayor grado de contingencia respecto a las dos anteriores.

Los filtros fueron durante mucho tiempo el más atractivo componente de los programas de tratamiento gráfico. Suponían un total libertad en la forma de presentar la imagen final, eliminando las restricciones de los tipos de soporte (películas / papeles), así como la dificultad (y el coste) de los tratamientos a posteriori (virados, coloreados, transferencias, etc.).

El uso de Plug-ins: El plug-in es una aplicación del mismo fabricante o de terceros, que funciona en asociación con el programa de tratamiento gráfico y (habitualmente), se opera desde su interior.
Algunas de estas aplicaciones pueden ofrecer la posibilidad de ser utilizadas independiente de cualquier programa de tratamiento gráfico (“Stand-Alone”). Pese a funcionar de forma independiente, no suelen ser consideradas íntegramente programas de tratamiento gráfico, por que su funcionalidad se reduce a cometidos concretos y no a suplir la variedad de herramientas básicas necesarias para gestionar por completo la imagen.

Su función suele ser la de realizar tareas complejas con pocos pasos, y la de ofrecer una variedad de preselecciones ya dispuestas para ser aplicadas directamente sobre la imagen.
El dossier de este curso incluye un anexo dedicado a revisar cómo funcionan tres de los plug-ins más populares para retoque digital profesional en fotografía de belleza (ver último capítulo).

Nota actualizada: ya puedes consultar los artículos sobre estos plug-ins, en mi blog sobre cursos y nuevas producciones de stock. Pulsa en el nombre del plug-in que te interese para acceder al artículo:
El uso de acciones: algunos programas de tratamiento gráfico permiten automatizar tareas para llevarlas a cabo por lotes, a partir de una serie de archivos abiertos, o ser aplicadas sucesivamente a todos los archivos contenidos en una carpeta.

Algunas tareas viene programadas por defecto, dejando la libertad de elegir entre ciertos parámetros para llevar a cabo su función (p.ej. "Redimensionado" automático de archivos, cambio de formato, etc.).

Otras tareas se programan completamente por parte del usuario, mediante lenguajes de programación que pueden llegar a ser muy sencillos (hasta el extremo de que el usuario no se apercibe que está programando una aplicación), como en el caso de las acciones de Photoshop: sencillamente se pulsa un botón de grabación, se realizar una serie de tareas, se pulsa "stop" y ya tenemos una tarea registrada que puede aplicarse a grandes lotes de archivos en los que se realizará automáticamente.

Próximo capítulo:
8. Algunos ejemplos de técnicas específicas para el tratamiento de imágenes de belleza:
- Perfeccionar pieles y cutis.
- Suavizado "extra" de la piel.
- Mejora del brillo y blancura en dientes
- Blancura brillo y color de ojos.
etc.